En Caballito, Ferro le ganó por la mínima a Santamarina con gol de Reinaldo Alderete, la figura del partido. Oeste luchó y sufrió más de la cuenta, pero logró una nueva victoria.
Y el Verde le hizo caso a esa premisa, porque cuando le costó crear, a pesar de tener muchos jugadores de buen pié, supo apretar los dientes y dejar el alma. Fue un partido muy trabado, con dos equipos muy parejos, que lograban destruir el armado contrario pero no podían construir. En el arranque, Ferro era el protagonista, quien manejaba la pelota, tratando de hacer salir a un visitante replegado. Luján era el más movedizo, que pedía todas y cuando lograba recibir y darse vuelta, generaba mucha diferencia ante la lenta defensa de Santamarina. A los 11 minutos, cuando de a poco el local iba ganando la pulseada por la pelota, llegó la ventaja para Oeste: gran combinación entre Ojeda y Bay por izquierda, desborda Jonathan y tiró centro atrás que, aunque se pasó Salmerón, le quedó a Alderete que justo entraba al área, rematando fuerte abajo, inatajable para el arquero tandilense. Parecido al gol agónico del 5 frente a All Boys, para empatar aquella noche de Floresta.
Después del gol, creció Ferro y sobretodo Alderete, que pareció haber agarrado confianza tras el tanto y estaba en todos lados. Para cortar un pase en mitad de la cancha, para poner el cuerpo y robar una pelota y hasta para habilitar a un compañero, Reinaldo era el único dueño del círculo central y levantaba la platea, que no paraba de aplaudirlo. En ataque crecía también Ojeda en el juego, Torres mostraba un poco de su calidad y Ferro tenía todo para ir en busca de una ventaja mayor. Por izquierda era el lado preferido del Oeste, porque Juanchi combinaba muy bien con Bay y además porque por la otra banda estaba Barrios, improvisado lateral, sin mucho libreto para mandarse al ataque. Iba Ferro pero no lograba penetrar la rústica defensa visitante, que contaba con Acevedo, protagonista de todas las puteadas del estadio. Ellos no sólo no generaban nada, sino que ensuciaban el partido, yendo muy fuerte a cada pelota, aprovechando el pésimo arbitraje de Méndez Cedro, que les daba vía libre para pegar. Y ahí aparecieron los huevos de este equipo: porque además de tener varios futbolistas creativos en mitad de la cancha, también hay sacrificio y ese coraje fue lo que empujó hacia delante a Ferro, cuando no podía con el talento individual. Con la fuerza de Alderete y el esfuerzo de Salmerón, el local ganaba la batalla que le proponía el visitante. El primer tiempo se terminaba con un Oeste mejor que su rival, con varias situaciones claras, que de milagro no aumentaban el score y eso generaba dudas para lo que se venía en el segundo tiempo.
El complemento arrancó de la misma manera, con un Oeste dueño de la pelota y un Santamarina cada vez más apurado. El D.T. Arzubialde quemó las naves, metió dos variantes ofensivas y le cambió la cara a su equipo, haciéndolo mucho más movedizo y peligroso. Mientras que por el lado de Ferro, de a poco empezaba a enfriar el encuentro, tomándose su tiempo para mover la pelota y hacerla circular con paciencia. Pero semejante tranquilidad casi se paga caro, cuando Barrios sacó de la línea tras un córner rápido. Pasaba muchos riesgos Ferro con su idea de hacer todo muy lento, jugando con la ventaja y la desesperación del rival. Broggi metió el primer cambio, haciendo ingresar a Affranchino por un exhausto Luján. A los pocos minutos, el árbitro se come un penal gigantesco por una mano clarita del central Piñero, que le hubiera permitido a Ferro liquidar el encuentro. Esperaba cada vez más retrasado Ferro, dejando al Pupi arriba, que a pesar de su soledad, a fuerza de sacrificio y corazón, lograba recuperar varias pelotas entre la defensa de Santamarina. Lo tuvo Canto de tiro libre, que sorprendió al palo del arquero y la pelota terminó dando en el ángulo izquierdo de Papaleo. Vernetti y Castillejos por Fornari y Ojeda respectivamente para intentar liquidar el encuentro, aprovechando los horrores defensivos de Santamarina en la salida. De ahí al final pudo haber pasado cualquiera cosa, ya que lo tuvo Ferro en los pies de Salmerón tras una enorme asistencia de Vernetti, que el 9 terminó definiendo por arriba y en tiempo de descuento, cuando todo se terminaba, Bailo con una doble tapada ahogó el grito visitante, tras una jugada preparada.
Ganó Ferro en Caballito y fue merecido. Si bien no jugó un gran partido, fue mucho mejor que su rival, intentó en todo momento e hizo lo necesario para quedarse con los tres puntos.
Fuente: Ferrocarriloeste.com.ar (@ferrocarriloest).
Foto gentileza: Ferro Oficial (@FerroOficial)
Alma de Ascenso
(@AlmadeAscenso)
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