Alumni ratificó su teoría de fortaleza en su casa y goleó por 3-0 a Atenas de Río Cuarto. El equipo de Villa María no perdió como local en el torneo hasta aquí.
Las realidades de cada uno se establecieron desde un principio porque lo del conjunto de Lautaro Trullet fue abrumador sin pausas.
En sólo 4 minutos, los delanteros Marcos Godoy -con tiro cruzado- y Carlos Herrera -con remate que sacó el arquero- pusieron en evidencia la supremacía, que no se modificó.
Atenas intentó aguantar atrás, sin pelota, pero careció de salida porque Alumni lo apretó con movilidad y le respondió con juego, soltando gente para ir al ataque y con variantes en ofensiva.
A los 9’, Herrera nuevamente tuvo una chance tras un tiro libre en el cual recibió en la puerta del área y sacó un disparo violento que se estrelló en el palo.
Pero “Falucho”, que no dejó de buscar, se aferró a su condición de goleador y entendió que no hay dos sin tres. Por eso a los 19 minutos, con Marcos Godoy actuando por afuera para meter el centro, el 7 bravo de Alumni estuvo donde tenía que estar, empujó la pelota a la red y marcó el 1-0.
A las maniobras personales de Ricardo Acosta, apuntalado por las subidas de Hugo Yocca y las apariciones de Godoy, se le sumaron los avances punzantes de Santiago Aloi desde el otro andarivel, mientras los dos volantes centrales hacían alarde de su juego cerebral.
El “toque y pase” era constante por el piso, pero curiosamente, el segundo gol llegó por arriba: Un tiro libre de Santiago Aloi fue propicio para la pelea en las alturas de Carlos Jaime. Y el defensor, en su segundo partido como titular, metió el frentazo para el 2-0, a los 39 minutos.
El tercero bien pudo ser de Godoy, pero el ex-Talleres no estuvo afinado. Tiró un remate cerca del segundo palo que pasó cerquita y, tres minutos más tarde, metió un tiro en el travesaño.
Herrera, en cambio, pudo rubricar la goleada antes del pitazo final de la primera etapa, cuando Acosta se escapó por derecha y tocó al área chica para la definición de embestida por parte de “Falucho”.
Con el 3-0 se podría remarcar que el complemento estuvo de más. Y no sólo por el buen funcionamiento del equipo villamariense, sino también porque Atenas era una sombra puesta casi como un sello, indeleble.
Un equipo desangelado, sin ideas, sin propuestas, estaba muy lejos de cambiar la historia ante un Alumni encendido, que cuando no tenía la pelota, dormía tranquilo en una defensa sin fisuras, donde Jaime demostraba por qué se ganó la titularidad.
En ese panorama, siempre estuvo más cerca el local del cuarto que Atenas del descuento.
Un tiro de Aloi, apenas desviado, un toque de emboquillada de Herrera -se la sacaron en la línea- y otro cabezazo de Jaime que desvió el arquero, fueron las situaciones más nítidas de Alumni en el segundo tiempo. Pero todo quedó allí. Y Trullet aprovechó para darle juego también a valores en el banco que necesitan moverse como Joel Vargas (volvía de una suspensión) y Matías Bolatti.
Por momentos hubo “ole/ole” y los aplausos fueron honestos desde la tribuna. Pero lo importante es que la victoria contagió. Y aquellos que estuvieron en la “Placita” podrán llevar, en el boca a boca, la experiencia de haber visto a un equipo que todavía no flaqueó de local. Y que tiene potencial para ilusionarse.
Alma de Ascenso
(@AlmadeAscenso)
Fuente y foto: Eldiariocba.com.ar
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